Esta vez tocó relatar desde la perspectiva de una chica de veintiocho años sentada en su habitación frente a un vestido blanco completamente destrozado.
No puedo escribir historias con finales felices, por alguna razón, no me salen. Espero que les guste,
Querido Diario,
Hace mucho que no te cuento cosas mías. Mi última nota viene de hace un par de meses, luego de la luna
de miel con Luis en Brasil. Ahora, las cosas cambiaron. No te voy a escribir para contarte lo nerviosa que estoy con la boda porque ya pasó mucho tiempo de eso y acabo de hacer algo horrible...
Cuando Luis me pidió casamiento, hace ya un año, estaba tan emocionada y feliz que
acepté sin dudarlo. La verdad es que lo amaba, aún lo amo. Los primeros meses fueron hermosos,
siempre que llegaba del trabajo me traía flores, al principio
eran rojas y luego empezaron a ser amarillas, pero no le presté atención. ¡Qué tonta fuí! Él me estaba
mandando mensajes con indirectas constantemente. Al pasar los meses, me di cuenta de la distancia que
nos separaba, Luis ya no me traía flores, llegaba tarde a casa y de un humor de perros. Por suerte
se acercaba nuestro primer aniversario, decidí darle una sorpresa, tal vez, Luis estaba aburrido.
Entonces fui a su trabajo vestida de forma provocativa y él ¡me dijo que me fuera!, dijo que no quería ser parte
de mis estúpidos juegos, cuando yo lo único que quería era que sea feliz.
Avergonzada, me fui unas semanas a la casa de mi tía. Ella vivía en un campo lejos de la ciudad.
Me ayudó a desconectarme y a pensar sobre mi matrimonio. ¡Yo nunca dejaría a Luis!. Me puse un
vestido blanco con volados y tiritas y volví a casa.
Entonces, la encontré a ella, no sé como se llamaba ni donde la conoció. Estaba sola, recostada en mi
cama. Tenía que aprovechar que Luis no estaba cerca. Entonces, agarré un almohada y empecé a apretarla
contra su cara. Pero ella se resistía, tanto que rasgó todo mi vestido. Esperé, esperé y esperé,
finalmente cedió y dejó de luchar. En ese momento me di cuenta de lo que había echo, me aparté rápidamente y horrorizada arranqué mi vestido y lo tiré al suelo. ¡Soy una asesina! Si Luis se
entera, se pondrá furioso. Pero no voy a dejar que eso pase.
Estoy esperando a Luis, al lado del cuerpo y de mi vestido todo destrozado. Tal vez él me comprenda,
tal vez él sepa que detrás de esta carne de asesina que hay dentro de mi se encuentra su esposa.
Tal vez tengamos una segunda oportunidad...
Dedicado a mi amor por Gideon Cross. Ok no xD
Me ha encantado. Cuando escribi el personaje nunca pense usarlo para una historia asi, muy original!
ResponderEliminarBesos!
Te quedó geniaaaaal, me encantó :O
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, muy original :)
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